miércoles, 4 de enero de 2012

¡Hagamos una Vaquita!

Txt Emilia Erbetta / Ph Ezequiel Sambresqui


Pasar la gorra no es nuevo. Decir que las redes sociales cambiaron los modos en que se relacionan las personas, tampoco. De la combinación de esos dos lugares comunes sale el crowdfunding, una palabra larguísima que se puede traducir como “financiación colectiva” pero que tambien podría querer decir “bono contribución 2.0”, algo que existe desde siempre, aunque Wikipedia asegura que nació en 1997 con la banda inglesa Marillion, que hizo una campaña por internet y logró que sus fans les donaran 60 mil dólares para costear su gira por EEUU.

Javier La Banca - Banana Cash
Detrás de todo hay dos preguntas: ¿Por qué no usar facebook y twitter para algo más que ifusión? Si sirven para mandar invitaciones y publicitar proyectos, ¿por qué no para ayudar a que esas iniciativas se concreten?Puede ser un disco, un libro, una película, un videojuego, un centro cultural. Cualquier cosa que además de trabajo necesite efectivo para hacerse realidad y no tenga una gran billetera en la cual apoyarse. Con eso en mente se creó Ideame, una plataforma que ya funciona en Argentina y en Chile, está por lanzarse en México y tiene 15 proyectos online, otros 10 que ya consiguieron la suma que necesitaban y 500 en carpeta. “Hicimos reuniones evangelizadoras para contarle a los creadores de qué se trataba el financiamiento colectivo”, recuerda el CEO Sebastián Uchitel.

“El crowdfunding no sólo busca el dinero, sino también los contactos o la audiencia que después van a consumir el producto”, aclara Javier La Banca, responsable junto a Juan Ozcoidi de Banana Cash, otra de las plataformas locales. “En un principio los que colaboran son familiares y amigos. Despues a eso se le suman los conocidos y una vez que agarra vuelo se empieza a sumar gente que es ajena al proyecto”, explica.

Banana Cash está online hace dos meses y se dedica principalmente a iniciativas audiovisuales: películas, cortos y videoclips. La productora Árbol Cine Orgánico ya tiene publicado su proyecto para Durazno (leer nota en Cultra), el primer documental creativo hecho con crowdfunding, transmedia y producción ecológica entre Bolivia y Argentina .

Cada campaña necesita varios ingredientes para pasar de colaboración buena onda al entusiasmo puro y duro: un video de presentación que explique con detalle el proyecto, un esquema de recompensas que estipule lo que se va a recibir a cambio de la contribución y un trabajo fuerte de difusión en redes sociales para atravesar el cerco de los conocidos. Todo eso y un poco más hizo el fotógrafo Gonzalo Pardo, quien a principios de noviembre consiguió a través de esta plataforma que 60 personas lo ayudaran a sumar los 5 mil dólares que necesitaba para montar la muestra Más allá de los colores. Para él, el crowdfunding “fue una manera de canalizar a un montón de gente cercana que quizás quiere dar una mano y no sabe cómo”.
 
Tanto Banana Cash como Ideame siguen el modelo de las plataformas estadounidenses Kickstarter e IndieGoGo, que aparecieron en 2008 y son espacios que trabajan a comisión e integran métodos de pago seguros, difusión en redes sociales y un aparato de prensa. Pero hay vida más allá y el financiamiento colectivo también puede hacerse sin intermediarios. Lo demostraron los más de cuatrocientos mil euros que reunieron los españoles detrás de El Cosmonauta, una película que ya terminó su rodaje y sigue en campaña para pagar la postproducción. O la banda Panza, que a través de las redes sociales convocóa su público para que comprara por adelantado su disco y así financió La madre de todos los picantes. 

“Hubo mucho de boca en boca, de encarar a la gente y contarle lo que estaba haciendo”, cuenta Paio Zuloaga, diseñador gráfico y dibujante, que en noviembre publicó su primer libro, Cada día una copita. En 30 días “intensos” 97 personas hicieron su aporte en Ideame. Lo sorprendió ver que más de la mitad no eran ni amigos ni familiares: “El último día junté como mil dólares, -se acuerda- Fue como una bola de nieve, no podía creer la confianza de gente que no me conocía y me estaba ayudando económicamente”.

1 comentario:

  1. y a qué viene la imágen de la tapa de "Cuatro gatos negros flacos"?
    No hay siquiera una mención al proyecto de montenegro/varsky !!!

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