martes, 5 de junio de 2012

Las revistas culturales coparon la parada

 El Punto de Encuentro de Revistas Culturales  es un proyecto conjunto del colectivo Ají, de Tierra del Fuego, la organización Futuro Trans y la Cooperativa la vaca.

Txt. Etienne Baigorri


Foto: la vaca
Un Kioskito que es un punto de encuentro. Suena simple, pero no lo es tanto: en una estructura  típica de puesto de revistas pero pintada de amarillo y decorada con el toque esténcil de la artista Veroka Velázquez, se inauguró en mayo un lugar inédito que permite el contacto entre los lectores de revistas culturales e independientes y quienes las hacen realidad. “Lo vemos como una apuesta”, aseguró Claudia Acuña, de la cooperativa la vaca. “El kiosco es nuestra oficina a la calle”, define: un lugar estratégico para difundir más de 50 revistas  y una ventana siempre abierta y atendida por sus propios editores para resolver consultas, contar las experiencias y seguir el pulso de las ediciones: “Nos gustaría ser como una oreja, para saber la respuesta que generan las publicaciones en la calle”, explicó la editora de MU.

En Corrientes 3307 , las publicaciones de los más variados colores, tamaños y temas suman particularidades para darle al kiosco identidad propia. Pero algo en especial hace que se junten en el mismo lugar. Según Claudia es “la apuesta a lo que realmente creemos, apostamos a las relacione humanas y de eso se tratan las revistas que hacemos”. Está hablando de THC, Barcelona, NaN, La Garganta Poderosa, ¿Todo Piola?, Mu, Ají, El Teje, Indómita Luz, Kiné, Comic.ar, Clítoris, Roots, Dale, Mujeres Creando, Teórica, La Pulseada, Masculinidades, Ajltamos, Cultura LIJ, Balletín, Kranear, Al Margen, Soft Secrets, Mujer Pública, Hamartia, Crisis, Devenir, La Pulseada, Enlaces y Dr. Gonzo.

"El año pasado empezamos a trabajar como distribuidora de revistas culturales", resume Claudia. " Un grupo de chicos recorre diferentes lugares ofreciendo las revistas y así entablamos relación con distintas personas que nos preguntaban cómo era el proyecto y qué era lo que buscábamos". En ese recorrido se toparon con un kioskero que ofreció su apoyo de la manera más concreta posible: él les alquilaba un kiosko de revistas en la zona del Abasto por un precio simbólico. “Jamás nos imaginamos que íbamos a tener un kiosco así - reconoce la periodista- pero hoy nos damos cuenta que es el mejor lugar para cuestionarnos el rol de los intermediarios y la crisis de esta parte de la cadena de distribución, que el año pasado expulsó de los kioscos a más de 15 revistas culturales. Ahora depende de nosotros".



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